El cartel marcaba , que entrábamos a México y no había retorno a Estados Unidos, al menos no para nosotros !
La Entrada no fue en línea recta, la bici vía , nos llevaba a ninguna parte y nos pasamos de la frontera sin darnos cuenta, y tuvimos que dar marcha atrás y volver a pedir que nos sellen el pasaporte e intentar de Estados Unidos chequee nuestra salida, después de unas horas estábamos listos y del otro lado !
Fue la primer frontera en donde a nadie le importó que entráramos.
No era lo mismo del otro lado, donde miles de autos estaban atascados y llenos de guardias de seguridad y policías … sí era la frontera para entrar a Estados Unidos.
Por suerte veníamos del otro lado !
Las colas de autos pardos por horas, eran una situación que todo tipo de vendedores aprovechaba, ofreciendo todo tipo de mercancías: agua dulces, helados, souvenirs, bolsos , controles remoto !!
Del otro lado un laberinto de gente y de calles nos esperaba, y por suerte también, Paúl y sus amigos para guiarnos, desde su auto a su departamento, el cual se encontraba en lo alto de Tijuana, y en el quinto piso… al cual subimos con bicicletas y todo el equipaje. Pero tuvo su recompensa; una vista de toda Tijuana y más allá de San Diego.
Esa misma noche nos llevaron a comer tacos, de todo tipo y descubrimos que nos gustaban, eran sencillos y ricos. Yo había tomado la decisión de no comer más carne en esos días, y pude comer quesadillas con cebollas asadas ! Riquísimas.
Después de cenar, fuimos a ver la muralla que separa México de Estados Unidos. hasta dentro del mar.
Paul y el Chino, han abierto hace poco un kiosco de tacos en el mercado, allí todo tipo de rellenos y guisos llenan totillas tras tortillas de quienes se acercan a desayunar y almorzar: Gracias chicos, estaban muy ricos también.
Pasamos toda una mañana en el mercado donde hay absolutamente de todo. Todo tipo de verduras y frutas, aun las que uno no se imagina que existan, también de granos y especias ! Y más de veinte clases de chile !
De todos los colores y formas, más y menos picantes, en fin para todos los gustos y absolutamente para todas las comidas, incluso los dulces y los helados en México, se pueden comer con Chile, si uno lo pide.
Y souvenirs mexicanos de todo tipo, donde encontramos una banderita para las bicis , y no, Harry no llevó el sombrero, aunque quizás, después en el desierto, se arrepintiera.
Chino y Paul, se encargaron de que no nos faltara nada, y de que no nos fuéramos de Tijuana sin haber descansado y haber sentido un poco lo que es vivir allí. Son un grupo excelente de amigos con quienes fue un placer compartir nuestra entrada a México.
Entramos a México por Tijuana, la ciudad es enorme, y tan diferente de las ciudades de California, que veníamos viendo desde hace tanto tiempo. Un millón de sorpresas nos esperaban.
Atrás dejábamos California y una etapa completa de este viaje
Tijuana y a lo lejos, San Diego y el mar.
Todos fueron muy simpáticos, pero carteles como este nos tiraban todo el optimismo al piso ! Igual tratamos de enfocarnos en la sonrisa de los soldados, más que en las palabras pintadas.
México con tantas cosas lindas y millones de cosas nuevas ! Todo delante nuestro y toda América Latina, con su riqueza y variedad cultural a nuestros pies para descubrir cada día !
muy lindo tu diario ivana , las fotos son maravillosas , viajo con vos a traves de tu diario buena suerte en tu viaje
Yo tambien viajo con todos uds!!!(ojala!!) que lindo viaje!!! mucha suerte en las próximas rutas y esperamos tus fotos q son increibles.
besos para Iva y Harry!!!