Bangkok – 18 de enero 2006
Después de varios días de pedalear cerca de la costa y a veces cerca de las playas hacia el norte, llegamos cerca de Bangkok y optamos por seguir en bici y entrar si era posible a la gran ciudad sin colectivos, que estuvo bien emocionante pero tan cansador, el trafico en las autopistas y rutas, es seguro pues como siempre circulamos por la izquierda en una banquina ancha por donde van las motos también (y siempre bien atentos y la mirada al frente porque aparecen motos en contramano de la nada). Ya cerca de Bangkok, luego de cruzar zonas industriales horribles, falta el aire, el aire puro, pues es intoxicante la extrema polución de fabricas camiones y colectivos en malas condiciones, ni hablar de las motos.
Llegar a Bangkok fue toda una odisea, parecía menos pero fueron 120 Km…, (10 de mas porque tomé otra ruta y retomar la buena) de mucho calor y nervios crispados por el ruido de los camiones, colectivos. Teníamos la dirección de un chico francés que vive en Bangkok que muy amablemente iba a compartir la habitación de hotel en la que vive, pero encontramos que había que cruzar todo Bangkok, desde donde estábamos, y buscamos como una hora un hotel para dormir y descansar. Por momentos dábamos vueltas en círculos, las calles en Bangkok nunca van en línea recta, y ya era de noche. Estábamos en un barrio cerca del Barrio chino, y después de instalarnos salimos a comer y pudimos ver las casitas en donde vive la gente, como pequeños departamentitos con un garaje, baño y quizás una pieza atrás, en el garaje se guardan motos eventualmente un auto, reposeras alguna mesita, infaltable gran televisor y puertas persianas deslizables de metal que siempre están abiertas, la mayoría de la gente en el mismo garaje duerme y tiene su pequeño negocio, de comida, costura, almacén, etc.
Las callecitas eran muy pequeñas y motos y peatones y taxis circulan sin ningún orden, la vida se desarrolla en la calle. Son los pequeños barrios que hay dentro de la ciudad. También hay enormes edificios y extenuantes shoopings, al estilo thai, con mercados persas dentro y mercados de frutas y comidas en el interior, son un laberinto y uno nunca encuentra lo que busca antes de haberlo recorrido casi todo y con suerte. Al día siguiente intentamos hacer visas para cruzar a Camboya y Vietnam, pero nos dimos cuenta que todo era mas caro desde Bangkok y desistimos, la visa a Camboya se hace en la frontera. Después de un día extenuante de cruzar toda la ciudad con las bicis y el equipaje llegamos al lado este donde vivía el chico francés, paramos finalmente en un hotel muy lindo de varias estrellas para nosotros, con aire acondicionado, ducha caliente, bañera y pileta en el piso 12.
Al día siguiente decidimos hacer turismo en Bangkok, así fue que luego de conocer la fabrica del francés, de colchones de espuma de látex, que sacan de los árboles de caucho, tomamos un taxi carísimo a los templos y al palacio, a ver cientos de estatuas de buda en todas las posiciones y templos de todos los tamaños ciertamente muy bonitos y originales para mí. Pero todo estaba complicado de llegar, el paseo en bote por él rió que rodea Bangkok, que decepción, pues el ruido y el gas de los botes no dejan disfrutarlo mucho, pero solo habíamos tomado un bote colectivo, hasta el museo. Es una zona súper turística y el día estaba muy pesado y caluroso, cerca de las 5 y a pesar nuestro tomamos un colectivo a un shooping para buscar parantes o una carpa nueva, sin éxito. Volvimos tan cansados de nuestro día de turismo que decidimos postergar las visitas a los mercados flotantes de flores y encomiendas y regalos que queríamos mandar para otra ciudad. Y solo huir de Bangkok.
Solo nos restaba hacer unas tarjetas de estudiantes falsas para descuentos en Egipto y Europa (muy útiles) El siguiente día eso hicimos luego de 13 Km de transito agotador y un poco peligroso, debo reconocer que no fue muy prudente, pero si más rápido que ir en colectivos pues nuestras bicis evaden todos los embotellamientos que taxis y tuc tucs no pueden, llegamos a la calle más turística de Bangkok donde paran casi todos, compramos buenos mapas, las tarjetas y volvimos tan pronto como pudimos al hotel. El resto fue solo preparar todo para irnos, fue agotador encontrar la estación de colectivos, pero tomamos uno para salir de la ciudad, ya había sido suficiente, hasta el pueblo de Aanyaprathet, en la frontera con Camboya, donde estamos ahora. En unas horas cruzamos a Camboya rumbo a las preciosas ruinas de Angkor en la jungla.
Y no quiero dejar Tailandia sin escribir acerca de lo que voy aprendiendo del budismo, en algunos libros y folletos, aprendí de la vida de los monjes que hoy por hoy se ha modernizado con el uso de celulares y música mp3, el budismo por sobre todas las cosas trata de exaltar la vida del espíritu con el objetivo principal de evitar el sufrimiento. En cuanto a preguntas mas metafísicas, solo se preocupan de hacer meritos, dando comida a los monjes haciendo ofrendas en los templos y practicando buenas virtudes para tener una mejor próxima vida. La reencarnación, nos consta, es una creencia bien instalada en la sociedad, son temerarios en su manera de vivir, pescan en ríos y canales súper contaminados, circulan de a tres o más en motos, y viajan colgados de camionetaxis, o más de veinte personas en una caja de camioneta.
En las ciudades el trafico es completamente anárquico cada quien se detiene donde quiere zigzaguean las motos entre colectivos. No tienen miedo de nada hay muchas vidas por delante!!! Parece en conjunto y nos lo confirmo un poco Christophe el chico francés que vive aquí desde hace 2 años, una sociedad de niños, inmadura que vive como en un cuento, aunque grandes trabajadores no existe el stress de la vida en occidente, no se preocupan mucho por nada, las clases bajas y medias, son consumistas, pero poco curiosas para aprender y crecer y evitan el conflicto y los problemas tanto como pueden. Quiero conocer mas del budismo, pero tengo que encontrar a alguien que sepa bien, después les cuento más.
Hasta pronto y nos vemos otra vez desde Camboya muchos cariños a todos.